Una marca para la ciudad de Madrid que se construye sobre dos pilares, la tipicidad y valores propios de una villa castiza, más la multiculturalidad rica y cambiante de un lugar de mezclas, multicolor, de lo más mestizo. Dos ideas que parecen contradecirse, lo de siempre y lo nuevo, lo castizo y lo mestizo, conviven en esta ciudad convirtiéndola en un paradigma, distinguiéndola de las demás, haciéndola única.
La campaña se diseñó fijando como público objetivo a todos los madrileños, los de siempre y los más recientes. Se trataba de que fuera inclusiva, de que todos se sintieran representados y orgullosos de vivir en Madrid.
